Niños en el boxeo: cuando la felicidad viene de golpe – NotiCel – La verdad como es – Noticias de Puerto Rico – NOTICEL

2022-09-10 02:30:41 By : Ms. Jessica Mo

Una veintena de niños se acerca cada día al gimnasio del residencial Monte Hatillo, en San San Juan, un oasis de alegría donde algo que siempre se cumple: sacar a los menores de las calles.

La pugilista Kiria Tapia se mueve a sus anchas en el gimnasio de boxeo del residencial Monte Hatillo, en Río Piedras. No solo porque es su hábitat natural estar junto al ensogado y los sacos, sino porque la medallista de oro panamericana (Guadalajara 2011) vivió en este residencial público, conoce cada recoveco y supo desde niña lo que significaba tener un oasis para ocupar sus días.

Tapia llegó a la reinauguración del gimnasio, después de que a través la Organización Mundial de Boxeo (OMB), bajo su programa mundial “WBO Kids Drug Free”, fueran restauradas las instalaciones que, cada día, alberga a una veintena de niños.

La boxeadora es recibida por Orlando “Canito” Marrero, el entrenador de boxeo que lleva más de 30 años en el lugar y quien es como un padre no solo para la pugilista, sino para los niños que se ven felices golpeando los sacos nuevos.

Hay miradas de asombro, otras perdidas hacia un punto indeterminado, muchas alegres, pero todas muestran agradecimiento.

Kalier, de diez años, lleva dos meses asistiendo al gimnasio de boxeo. Revolotea por el lugar y su madre, Zaida, no lo quita los ojos de encima. “Él está contento. Incluso, come menos y eso le hace bien para que rebaje. Le gusta el boxeo, así gasta la energía en algo. Entre tanta cosa negativa, esto es bueno para los nenes”, cuenta la progenitora. Al lado, su hijo, comenta: “Me gusta el boxeo, vengo de lunes a viernes, por una hora”.

Yerihel, de la misma edad, está sentado y espera serio por el comienzo de la actividad: “Me gusta el gimnasio de boxeo, se pasa bien. Yo lo practico (el boxeo), pero no quiero ser boxeador. Llevo casi tres meses y lo bueno es que casi todos nos conocemos”.

Los niños no paran de golpear los sacos. Botan su energía en el gimnasio de boxeo, en lugar de hacerlo en las calles. Para “Canito” Marrero, es la mejor forma de sacarlos de los malos pasos. Y él lo sabe de sobra, porque varios de sus niños han terminado muertos ya de jóvenes: Leslie, “Pito”, Wilson, Luis “BJ” Vázquez, José “Georgie” Méndez, Chris Tirado…

Pero hoy no es un día triste en el residencial Monte Hatillo, lo atestiguan las risas, los gritos y los regalos.

Tapia agradece que los niños sean atendidos y recuerda que, de niña, no tuvo la posibilidad en el residencial de tener un gimnasio

“Íbamos a la cancha bajo techo, donde fueron mis comienzos. Estuvimos entrenando en lo que se dice el ‘cemento’. Pero fue lo que me hizo crecer y donde di mis primeros pasos como boxeadora. Me ayudó muchísimo. Ahora puedo entrenar donde sea, desde lo más bajo”, rememoró.

El presidente de la OMB, Francisco “Paco” Valcárcel, destaca la labor social del programa del organismo que abarca una veintena de países: “Auspiciamos gimnasios, competencias, ayudamos personas en sillas de rueda… En este caso, hemos reacondicionado un gimnasio, con buenos equipos, para que los niños y jóvenes vengan a participar y los sacamos de la calle, que es lo que queremos hacer”.

Valcárcel aclara que “no todos van a pelear un título mundial, no todos van a terminar en el boxeo, pero tenemos gente ahí disciplinada que busca ser un buen ciudadano de futuro. Lo sacamos de la calle para que venga aquí y se haga un bien ciudadano”.

Kalier no escucha las palabras del mandamás de la OMB. Le da duro a un saco, que reluce. Está recién instalado. Al niño no lo importa eso, solo quiere empuñar sus manos y emular a los boxeadores que se pueden ver en afiches alrededor del gimnasio.

El no sabe de programas, de ser un buen ciudadano ni de quiénes están a su alrededor. Concentrado, sí sabe que la felicidad viene de golpe.

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