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2022-06-18 21:56:08 By : Mr. Yivonnie Yi

Al edificio que acoge el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) muchos le conocen como la Corona de espinas. El apodo surgió por razones estéticas. Pero resulta profético del espinoso asunto que afecta justamente a esa techumbre: la presencia de fibras de amianto, según denuncia el sindicato Comisiones Obreras (CC OO) a EL PAÍS. Fuentes del Ministerio de Cultura y Deporte, del que depende el instituto, no lo desmienten, pero aseguran que, hasta ahora, los periódicos “análisis de calidad del aire interior muestran que no existe riesgo para la salud de los trabajadores”. Aún así, el nuevo equipamiento de climatización que se ha instalado evita estos días tomar aire de las cubiertas hasta que se aclare que no hay peligros. Cultura afirma que prepara “la retirada definitiva y controlada” de las placas, como primera fase de un más amplio “proyecto integral”.

Fuentes del ministerio sostienen, en realidad, que se están tomando “medidas” al respecto desde 2001, como ha sido “la limitación del acceso libre a las cubiertas”. Emilio Murcia, responsable de Prevención estatal de CC OO en los Ministerios de Educación, Universidades, Cultura y Deporte, lo pone en duda y agrega que, incluso si así fuera, sería grave que nunca se le hubiera comunicado tan relevante información a los representantes sindicales. Lo cierto es que el 12 de mayo la subdirectora general del IPCE, Marta Hernández Azcutia, se reunió con Raquel Huesca, jefa de Área de Prevención de Riesgos Laborales del Ministerio de Cultura y Deporte, para recibir con urgencia asesoramiento sobre las medidas a tomar lo antes posible, debido a la importante presencia de fibrocemento, según ha podido saber EL PAÍS. Huesca, contactada por teléfono, no desmiente el encuentro, pero rechaza ofrecer comentarios y simplemente avisa: “Mire, voy a colgar”. Este diario intentó sin éxito recabar también la versión de Hernández Azcutia.

Las tejas de la cubierta del IPCE están realizadas en fibrocemento y, tras cuatro décadas, el deterioro del material puede hacer que partículas de amianto se desprendan. Murcia subraya que los aparatos de climatización que recojan aire de esa zona del techo pueden acabar empujándolas dentro del edificio. Cultura responde que “acaba de finalizar la instalación de un nuevo equipamiento que se encuentra en periodo de prueba hasta comprobar la idoneidad de los nuevos filtros”. En un correo remitido a los trabajadores del centro, al que tuvo acceso este diario, Hernández Azcutia explicaba ayer martes que los nuevos equipos que toman aire de las cubiertas “están parados y así seguirán hasta comprobar la calidad” del mismo.

El amianto fue utilizado de forma masiva sobre todo para la construcción de tejados y tuberías entre los años sesenta y noventa, hasta que fue prohibido en 2002 por el Ministerio de Sanidad, a raíz de una directiva de la Comisión Europea de 1999. El principal peligro que supone su presencia en el fibrocemento se genera cuando, ya sea por ruptura o deterioro, se desprenden partículas que pueden acabar en el organismo, normalmente por inhalación. Por lo tanto, podrían terminar provocando enfermedades respiratorias o tumores. Se considera que su vida útil oscila entre 30 y 40 años, así que con el paso del tiempo se aumentan los riesgos.

La plantilla del IPCE suma 116 empleados, en datos de CC OO. El sindicato estima que unos 80 acuden diariamente al centro, teniendo en cuenta el teletrabajo. Murcia relata que tuvo conocimiento de este asunto por trabajadores del centro el 4 de mayo y, después de confirmarlo, el día 6 le envió un correo electrónico a Huesca en el que solicitaba más información. Sostiene que no recibió respuesta, ni tampoco en su intento de comunicarse con esferas más altas dentro del ministerio. Aunque sí informa de que está convocado a una reunión con la subdirectora general, Hernández Azcutia, el próximo martes, 24 de mayo, para abordar el asunto. Murcia destaca que es “la única” que ha mostrado “predisposición a un encuentro”.

El edificio, declarado Bien de Interés Cultural en 2001, está considerado como “una de las obras más significativas de la arquitectura española contemporánea”, según el portal oficial de Turismo del Ayuntamiento de Madrid. El centro, diseñado en 1965 por los arquitectos Fernando Higueras y Antonio Miró, se encuentra en el barrio de Ciudad Universitaria. El mismo portal explica que los arquitectos “crearon una construcción de hormigón armado, de cuatro plantas, que destaca a primera vista por su planta circular y una cornisa recortada por grandes picos”. Por eso mismo, algún día, empezaron a llamarlo Corona de espinas.

Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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